¡Hola, susurradores de piernas!
Estrenamos nueva parte teórica y comenzamos a hablar de las situaciones complejas. Son esos momentos donde tenemos que aplicar terapia compresiva a personas que no tienen la extremidad estándar y que requieren modificaciones específicas.
Como veréis los que fuisteis a la segunda webinar es una de estas situaciones que expliqué pero que hoy expondré con más detalle. Además, también forma parte de la formación presencial que realizaré en diciembre. Así tenéis un ejemplo de todo lo que aprenderemos esos dos días.
¡FORMACIÓN PRESENCIAL! – Necesito el máximo apoyo y divulgación. ¡Muchas gracias! – LINK
Vamos a por el tema del post…
Existen dos temas que tienen en común esta parte, las piernas muy delgadas (objeto de este post) y las piernas muy anchas (próximo post). Para no repetirme esta parte vale para ambas.
Qué es «muy delgada» o «muy ancha»
Tanto las piernas muy delgadas como muy anchas (+32 centímetros) se consideran situaciones «excepcionales» o «fuera de la normalidad» entendiendo normalidad no más allá del concepto de «típica pierna a la que suele tratar».
En algunas guías de práctica clínica o estudios podemos ver que cuando la pierna es muy delgada o muy ancha constituye una contraindicación relativa. Puesto que la compresión que se debe realizar (sobre todo en muy delgadas) debe ser ajustada y con una técnica específica. Es decir, tenemos que saber hacerlo. No se puede vendar así por que sí.
¿Por qué es importante tenerlo en consideración?
Para conocer el motivo por el cual tenemos que aplicar terapia compresiva de forma más personalizada en este tipo de personas (y por el que se considera una contraindicación relativa en algunos sitios) tenemos que recordar la fisiología de la compresión.
En específico, la Ley de LaPlace. La que te dice que cuanto más diámetro tenga la pierna menor será la presión resultante. Y esto ya os podéis imaginar lo que implica:
- En piernas muy delgadas (menos de 18 centímetros): la presión resultante será muy excesiva para los tejidos blando (tienen el hueso muy cerca), pudiendo provocar daños dermatológicos o úlceras por presión.
- En piernas muy anchas (más de 32 centímetros): la presión resultante con la técnica habitual difícilmente llegará a presiones suficientes para producir el efecto terapéutico deseado.
Aprovechando esto, insisto en la importancia de monitorizar el perímetro del tobillo. Es decir, el punto B en todos los casos pero sobretodo cuando se utilizan kits. Casi casi todos tienen dos versiones de kits, de 18-25 cm y de 25-32 cm.
Si no controlamos el punto B (tobillo), puede que pongamos el kit incorrecto y esto tiene implicaciones, algunas de ellas peligrosas.
Imaginate que le pones un kit de 20 mmHg porque tiene arteriopatía leve o moderada y no le pones el kit correcto y aplicas más presión. Ahora sí que podríamos pensar en un riesgo para la viabilidad de la extremidad, ¿verdad? Por eso es importante medir el punto cB y disponer de ambos tipos de kits. O te vas a multicomponente de corta tracción que son más versátiles.
Y no sólo para conocer qué kit utilizar. Sobre todo se debe hacer para cuantificar la eficacia de tu vendaje al medir la reducción del edema.
Empecemos a acostumbrarnos a hacerlo
Medir las piernas, no penséis mal.
Ahora que ya sabemos la importancia de tener el punto cB medido, veremos las dos situaciones por separado para ver cómo lo podemos hacer.
Fin de la parte en común
Piernas muy delgadas (menos de 18 centímetros)
También conocidas como pata pollo, patitas o «es que es tan delgadita».
Spentzouris G. (2009) son de los pocos estudios que hablan sobre esta situación. Pero que además da una respuesta sensata a este problema. Estamos ante una extremidad que puede lesionarse si aplicamos mucha presión porque es muy delgada y existe poca amortiguación de la presión, es decir, hay alto riesgo de hiperpresión.
Las piernas excesivamente delgadas tienen los tendones y los huesos más expuestos por lo que son más vulnerables, de ahí la importancia de protegerlos más.
Para amortiguar esa presión la solución propuesta es homogeneizar toda la extremidad para pasar de 18 centímetros de tobillo a 20 centímetros.
¡OJO! Si aumentas el perímetro del tobillo debes aumentar de forma exponencial el diámetro de toda la extremidad para que sea un aumento progresivo y sin saltos.
¿Y cómo lo aumentamos? Pues con elementos de amortiguación como el algodón o las espumas enrolladas.
Cada uno tenemos diferentes disponibilidades de materiales. El algodón es más barato pero dura poco y las espumas son más caras, amortiguan más y necesitas menos materiales para hacer la homogeneización. También son más rígidas y caras. Cada paciente un mundo.
Lo cierto es que cuando debes hacer mucha presión o debes homogeneizar mucho se suele preferir la espuma, como en el caso de los linfedemas. En cambio, en extremidades normales de forma habitual se usa algodón porque no requieres homogeneizar tanto y es más barato.
A parte de homogeneizar más, añadiría algo que no está en el artículo y es: usar vendajes y medias donde la presión que se ejerza desde fuera (presión de reposo) sea baja.
La presión desde fuera (reposo) llega con más intensidad a las primeras capas de la piel y poco a poco va decreciendo. Justamente reciben más presión las capas más delicadas de la piel, la epidermis y dermis superficial (las más afectadas por dermatosporosis) y puede provocar hematomas y sangrados.
Así que en resumen…
Los tips para piernas delgadas:
- Homogeneizar para pasar de 18 centímetros a 20 centímetros
- Utilizar vendajes multicomponente de corta tracción, sistemas de velcro o medias de tricotado plano (menos presión reposo y más ajustables).
¡Y eso es todo! Espero que os haya interesado el post. Gracias por leer.
Si quieres saber más
Os dejo bibliografía para ampliar y la que he usado para elaborar este post:
Spentzouris G, Labropoulos N. The evaluation of lower-extremity ulcers. Semin Intervent Radiol [Internet]. 2009;26(4):286-95. Disponible en: /pmc/articles/PMC3036466/?report=abstract
Moffatt C. Using compression therapy in complex situations. Wounds UK [Internet]. 2008;4(4):84-94. Disponible en: https://www.woundsinternational.com/uploads/resources/content_9239.pdf
Partsch H, Mortimer P. Compression for leg wounds. Br J Dermatol [Internet]. 2015;173(2):359-69. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/bjd.13851
Lymphoedema, Framework. Best practice for the maagement of lymphoedema. International concensus [Internet]. London: MEP Ltd; 2006. Disponible en: https://www.lympho.org/wp-content/uploads/2016/03/Best_practice.pdf
Mosti G. Compression in leg ulcer treatment: Inelastic compression. Phlebology [Internet]. 2014;(S1):146-52. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24843101